El sellado de fosas y fisuras es un procedimiento que se realiza con fines preventivos en pacientes, especialmente niños, que presentan un elevado riesgo de caries. Es de aplicación tanto en los dientes temporales como en los primeros molares definitivos.
El
objetivo es evitar la aparición de caries. Las caries de fosas y fisuras
suponen entre el 80-90% de todas las caries que afectan a los dientes
posteriores y el 44% en los dientes anteriores. La utilización de los selladores
dentales en niños ha demostrado una reducción del riesgo de incidencia de
caries del 86% durante el primer año y del 58% a los 4 años.